Excelente atención! Me trataron como una reina a pesar de que ya estaban por cerrar y todo el mundo sabe como suele ser la actitud de los empleados. Recomiendo al 1000% esta sede.
Excelentes posibilidades de todo tipo de vestuario con óptima calidad y a precios muy accesibles para todos. La atención al cliente es súper especial. Recomendable 100%.
Lástima que no se tenga media estrella, en dos entradas al local de Los molinos, no fue posible a pesar que el negocio estaba medio vacío, que algún asesor brindará atención. Tocó autoservicio y ni así. Pésima atención
Fue horrible, la empleada MÍRIAM ASTRID CARMONA del centro comercial los molinos, es una persona irrespetuosa, grosera, deja mucho que desear de la calidad en la atención al cliente del almacén, del que soy clienta hace muchos años, solicito hacer una evaluación del personal, porq personas como ella, hacen quedar muy mal la imagen y buen nombre de ARTURO CALLE.
Acabo de comprar una chaqueta en el lugar y no revisé bien el producto. La niña en caja me dijo que no tenía cambio y yo que salí contento pensé que no sería necesario. Luego de usarla un rato me di cuenta que mis brazos estaban mojados de sudor ya que no tenía maya en los brazos y el material era plástico. Miro a mi esposa y le pregunto: a quién se le ocurre hacer algo así, que no se puede usar. Y ella molesta me dice: eso sólo lo hacen los chinos, parece algo chino y barato. Miré la etiqueta y dice Hecho en China y desechable. 175.000 pesos en un producto inusable, desechable y sin posibilidad de cambio. Arturo Calle ahora es una marca china que vende cosas desechables. Algo triste y lamentable.
El peor servicio que me han brindado en un almacén de Arturo Calle en Medellin. Es la tercera vez que el administrador como los asesores son unos irrespetuosos con los clientes No saben nada de Servicio
Inicio en el barrio Manrique de Medellín, allí nació Arturo Calle el 13 de agosto de 1938. Con tan solo diez años de edad este paisa ya se había convertido en un experto vendedor de frutas, hortalizas y flores en la plaza de mercado en el barrio Robledo en Medellín.
Su juventud fue la consolidación de su audacia y sagacidad, a medida que crecía, aumentaba su interés por involucrarse en diversos sectores de la economía. Fue así como logró vincularse como mecánico industrial a Hilanderías Pepalfa, una fábrica dedicada a la confección de medias, que podría definirse como su primer contacto con la industria textil.
En este mismo escenario, nació su sueño de ser independiente, un ideal que lo motivó a ahorrar casi la totalidad de su sueldo durante dos años y medio. Pero fue en Bogotá, en donde encontró su verdadera vocación, la cual lo marcaría para toda la vida. Luego de trabajar de domingo a domingo en un almacén de camisas en el sector comercial de San Victorino, Arturo Calle adquiere en 1966 el suyo propio denominado “Danté” y ubicado en el mismo sector en la calle 13 con carrera 14.
Este primer almacén de 8 m2 le costó 17.000 pesos de la época, dinero que recaudó gracias al capital ahorrado y a un préstamo de $4.000 pesos, que según recuerda, es la única deuda que ha adquirido en su vida.
Fue así como el empresario vio la necesidad de surtir sus propios almacenes. Por ello, decidió fabricar directamente sus productos forjando una alianza con empresas de manufactura y confección que evolucionaron y que en la actualidad son CO&TEX, FRAC y Baena Mora. Esta sinergía le ha permitido a ARTURO CALLE garantizar a sus clientes la mejor relación calidad precio; característica que sumada a un buen servicio, ha sido determinante para el éxito comercial de la firma.
De hecho, su pasión por brindar al cliente una atención excepcional, lo llevó a implementar desde los inicios del negocio, el servicio de sastrería, que sigue siendo uno de los valores agregados de la marca de cara a sus consumidores.
Bajo el nombre de ARTURO CALLE, la compañía abrió por primera vez sus puertas en un Centro Comercial -Unicentro Bogotá, lo que consolidó su imagen en el mercado capitalino y lo proyectó hacia otras ciudades del país. Fue entonces, cuando a finales de la década de los 90 ARTURO CALLE llega a las ciudades de Cali y Medellín con una fuerte estrategia de posicionamiento que implicaba la apertura de varios almacenes en cada una de las ciudades, el mismo día y a la misma hora.