El Alma humana para sentirse en prescencia de Nuestro Señor, debe tener la necesidad de buscarlo, el deseo de amarlo, la voluntad enfocada a la conversión y, en este lugar es real su cuerpo y su sangre presentes en el sagrario. Es hermoso tenerte ahí Señor esperándonos para volver a tí; compartir en un instante tu Santísima Eternidad.