Un clásico capitalino con más de 40 años, voy a Longaniza desde que tengo uso de razón. Es un clásico que nunca pierde su vigencia confieso que no había podido ir por muchos años ya que ahora se encuentra a las afueras de Bogotá. Sin embargo tuve la oportunidad de re enamorarme nuevamente hace poco. Sus cortes son la estrella aunque ya no tienen su legendaria barra de ensaladas su ambiente y sus empleados hacen que uno se sienta como en casa y parte de la familia.
Delicioso.recomiendo el pollo en salsa de Bailey. Las entradas son una delicia.ni hablar de la limonada de coco.delicioso Tooooooodo muy rico.ambiente agradable y nos dejaron ingresar con mascotas. Excelente atención y rápido.
El servicio es destacable, muy amables y cordiales, los platos tienen una muy buena calidad, tal vez algo pequeña la porcion, pero no es del todo malo ya que puedes degustar de varias entradas, recomendada la longaniza y el chunchullo (crocante en su punto perfecto sin el amargo que suele suceder). No tuve la fortuna de degustar los cortes, pero tienen buenas reseñas por otros guías que dejan comentarios.
Llegue de rebote ya que las conchitas solo atienden de jueves a domingo (piqueteadero) y fue grata experiencia.
Esperas más por tu dinero. El servicio fue excepcional pero la comida estaba bien. Pedí el lomito pimienta, la carne estaba suave y magra pero la salsa era tan artificial y empalagosa que estropeó el plato.
Esperaba al menos una ensalada mejor y más preparada, pero en lugar de eso compré la combinación barata de cebolla, tomate y lechuga de un restaurante de "corrientazo" diario.
Es un restaurante con un concepto de alta calidad, los platos están bien presentados, se puede disfrutar de los sabores y de la calidad de los ingredientes, pero la experiencia, en función de la espera deteriora el valor de los platos. Además que si no se participa del salón principal, la experiencia no es la mejor, especialmente si hace mucho sol durante el día.