Más que una crítica quiero comentar mi experiencia, Si bien el hotel es "Barato" hay cosas que no se deberían dejar pasar, por ejemplo el aseo, una noche llovió demasiado fuerte y prácticamente se inundó el pasillo y parte de la habitación, me fuí para un tour todo el día, y al regresar en la noche, aún estaba todo, no sólo inundado sino lleno de arena del caminar de los demás huéspedes, no fueron un solo día a hacer aseo a la habitación, tuve que ir a buscar una escoba y un recogedor y barrer yo mismo, para quitar un poco la arena que es inevitable, tampoco dan toallas, si te hace falta jabón de ese chiquito o papel higiénico tienes que ir a pedir, la comida te la sirven en platos y vasos plásticos, hay que ir por ella a la cocina (cosa que no es del todo mala) adicionalmente no es mucha, es decir, te sirven la bebida, sea jugo o café en leche sólo hasta la mitad del vaso. Una mañana nos dieron desayuno con gaseosa, nada de bebidas calientes como opción. Cómo en la mayoría de hoteles de esa zona, no hay agua potable, y el flujo en los grifos tanto el lavamanos como la ducha es demasiado bajito, "un chorrito de nada", en la zona no hay tiendas cerca, te toca caminar mucho para ir a consegir algo como bebidas o mecatos, las habitaciones son regulares, el piso es algo feito, no hay tv en la habitaciones, el closet son un par de repisas algo chuecas, pero eso si, hay un muy buen aire acondicionado del que tampoco tienes control. El extintor fuera de la habitación venció en 2018. En fin, yo no volvería porque se nota que es de esos hoteles donde importa más la plata que el bienestar de los huéspedes.
El personal es muy amable, pacientes y respetuoso. Está al frente del mar, un espacio tranquilo. Las instalaciones tienen húmedad, son demasiado angostas y los colchones muy incómodos